Un mar en calma, sonidos a lo lejos de pájaros, una ligera brisa de aire mientras el suave oleaje golpea tus pies en la arena... Oyes tu respiración, sientes los latidos de tu corazón, mientras alguien acaricia tu espalda. El mundo no para de sonar de todas las maneras conocidas, a través de tu oído, tu piel, tus huesos, ..., ¡¡el silencio no existe en absoluto, y con la serie Jazz II los vas a escuchar todo!! Y en primer plano.
Desde el lanzamiento de la serie Jazz han pasado ya 4 años, tiempo necesario para el estudio y desarrollo de una nueva evolución (o revolución) que ahora finalmente se encuentra a vuestra disposición. Teníamos DUALBOX, un diseño de recinto acústico excepcional por sus capacidades mecánicas, unos drivers accutón con unos parámetros electromecánicos superiores, entonces, ¿cómo mejorar lo existente hasta un nuevo estándar?, quedaba el elemento no mencionado: el filtro divisor de frecuencias.
Y nos pusimos a ello, primero realizando simulaciones luego audiciones y más simulaciones. Y por el camino apareció la clave, la respuesta tenía que ser ultraplana en combinación de puntos de transición entre drivers precisa, todo ello con el mínimo uso de componentes. Eso solo lo podía hacer desde un software con los parámetros precisos de los diferentes elementos que componen el altavoz. Al final el oyente solo podía constatar los avances, el Golden Ear no era una opción.
Los resultados sobre el papel eran prometedores, aumento importante de la sensibilidad del altavoz, a la espera aquello que estábamos buscando a priori: definición absoluta, donde todo lo que estaba en la grabación tenía que florecer.
Llegaron los días del montaje final, el primero en modificarse fue el Jazz, y nos pusimos a realizar las mediciones de impedancia y respuesta en frecuencia; todo estaba en su sitio, la respuesta era lineal (cerca de ±1dB), y la curva de impedancia del conjunto coincidía con la simulación. Ese día fue histórico, y alguna lágrima cayó al escuchar música barroca y piano solista, mucho piano solista. En ese momento el Jazz II (así lo llamamos durante la emoción de las audiciones) ya superaba a su hermano mayor, el Big Jazz.
Sinceramente dio un poco de vértigo, el ponerse a trabajar con la evolución del Big, ¿y si no acertamos con este? Si finalmente no se conseguía el reto, sería un fracaso. Naturalmente este hecho no sucedió, el Big Jazz II dio la talla y colocó el listón en lo más alto de todos nuestros diseños hasta la fecha.
Pero algo era diferente, mientras Jazz II seguía teniendo el mismo carácter con una claridad y sensibilidad muy superior, el Big Jazz II era otra cosa, algo que personalmente no lo habíamos percibido antes. Delante de tus ojos se presentaba un ambiente etéreo que envolvía la sala, presentándose los detalles más minúsculos en primer plano, independientemente del tipo de registro y calidad que se reprodujera. Ese sonido dolía, emocionaba, excitaba y otras veces relajaba, todo en su lugar.
Una nueva forma de disfrutar la música había nacido, en el momento de escribir esta reseña suena en los Big “Dark Island de Mike Oldfield” las mandolinas parecen venir del cielo, ese cielo sobre el mar azul lleno de sonido, identificado al inicio de estas líneas. Después de 12 años de trabajo en el desarrollo de cajas acústicas Hi-End, el círculo finalmente se ha cerrado con este proyecto Jazz II series.